miércoles, 7 de marzo de 2012

Andalucía, adelante


Como dioses planetarios. Así, convencidos de las posibilidades de sus conductas y conocimientos, y también sobre el augurado triunfo de sus principios respectivos, se presentaron y  presentan los políticos, las más de las veces, ante el electorado de turno, del que, en particular y aparte los resultados de las encuestas previas, esperan siempre aquella respuesta positiva que dé consistencia al poder que pretenden legalmente acaparar (administrar sería lo correcto), y tras haber esparcido discursos prometedores en los campos de la justicia social.
            Andalucía, igual que España meses atrás, tiene ya dispuestas las papeletas a distribuir para el proceso electoral que se anuncia,  y no sólo para el oportuno seguimiento del mismo, sino – muy importante-, para interactuar en él, una participación que le interesa muchísimo. Reconocido, además, el reparto de actores principales y, supuestamente, el juego real que cada candidato (con o sin cielo en el que proyectarse), pueda dar, el pueblo andaluz, con sabiduría y cultura cultivadas desde siglos y, en consecuencia, con criterios para elegir a quienes buscan con honradez los votos (no las botas), sabrá conceder su confianza de manera proporcional a sus expectativas de desarrollo y progreso.  
            En  la situación actual de la comunidad autónoma andaluza, y atentos al lenguaje común (el que se habla en la casa y en la calle), es, pues, previsible el reordenamiento del universo político regional, algunos de cuyos astros (soles, lunas, planetas, satélites y cometas de cada partido, plenamente identificados), o bien se desviaron de la órbita adecuada o no entraron nunca en ella. Un serio y difícil problema, sin duda, ya sea sobre el texto de las ideas o de la práctica. Pero en peores coyunturas se vio el pueblo andaluz y, sin embargo, supo salir adelante. Cuestión de creérselo. De apelar de nuevo a ese “ingente esfuerzo y sacrificio de las generaciones andaluzas”, según se destaca en el Preámbulo del Estatuto de Autonomía para Andalucía. Es la receta. Cuesta arriba o cuesta abajo.

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