martes, 26 de marzo de 2013

Paso a paso



Cielos nubosos y precipitaciones en gran parte de la Península. Esto es España hoy, Martes Santo en la carrera oficial de su vida y, paso a paso, al dictado de las presentes circunstancias políticas y económicas que le han tocado en suerte, auténtica Vía Dolorosa, verdadero Calvario. El tiempo, pues, manda y la lluvia decide quién sale o se queda dentro, dos formas válidas, ya para suplicar a los dioses, ya para apaciguar la ira de los demonios que también, por mor de los recortes e impuestos aprobados en las alturas propias del poder, se alzaron en rebelión y habitan ahora en el alma de las personas y de los pueblos. Mal asunto y peor solución, aun cuando se comprenda  por qué y se evidencie el descaro de los de siempre (mercaderes, banqueros y administradores), mientras reparten de manera tan desproporcionada e injusta la cuota de sufrimiento que a cada cual debiera corresponder. Sangrante Vía Crucis actualmente –insistimos- y en cualquier cuerpo, casa, calle o plaza de los humildes.
            De otro modo, en razón del largo y más duro invierno padecido, cabe esperar (¡lo contrario sería obsceno!), que paso a paso asimismo, ese afán de las borrascas por descargar sus falsedades y truenos sobre este suelo, vaya desapareciendo. Es de ley natural, no de troica alguna. Partes meteorológicos, al fin, colmados de bonanzas.  Titulares y destacados distintos, distantes del negro intenso de los Bárcenas, Gürtel, Eres, despidos, desahucios…Mapa del tiempo nuevo, con las insalvables dosis de incertidumbre, pero donde, a la vez,  isobaras  regulares abran espacios al anticiclón, se conjuren ante los peligros que supone la vuelta atrás, tormentas y tormentos incluidos. En definitiva, un Atlas de la geografía humana mejor diseñado, sin límites confusos y resuelto a la mirada en lo que esta última quiso y aprendió a leer: la belleza de los nombres, el sueño de una noche, el esplendor de los días...En suma, la vida toda, aquí, a tiempo, en tiempo, sin mayores problemas Ganas acumula este observador de acceder a ella. Stravinski: La consagración de la primavera. Por ejemplo. 

martes, 19 de marzo de 2013

Pedro Quesada, pintor.




            No solo es primavera en el centro comercial donde trabaja como jefe del departamento artístico; también en su obra de creación personal, con perfiladas exposiciones entre marzo y abril, en dos reconocidos espacios de Huelva, capital: el restaurante Rocataliata (actualmente) y la Fundación Cultural Caja Rural (8-19 del próximo mes) En ambas, nuevos motivos y criterios en la pintura de Pedro Quesada, e igualmente en ella, desde el lenguaje propio al que el autor nos tiene acostumbrado, las extraordinarias posibilidades comunicativas del arte.
            El Barrio Obrero (Reina Victoria), de la ciudad onubense, tan singular y plural (lo inglés fundido con lo andaluz, neomudéjar y colonial), emplazado en el Cerro de San Cristóbal y que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1977, vuelve a emplazar, así y aquí, al espectador, en discurso sensorial cuyo contenido trasciende el campo único de la mirada. Sobrepasa su tiempo incluso, más “clásico, es decir, actual, es decir, eterno”, según pudiéramos aplicarle - ¿por qué no?- el citado aforismo de Juan Ramón. El Barrio Obrero, por méritos que nadie discute, se alza, pues, como cima y objeto de contemplación de la primera y mencionada muestra.
               Por razones asimismo fáciles de comprender, los puentes, con valores simbólicos siempre por encima de los materiales, y referencias permanentes al paso de las aguas que atraviesan o de la historia de las tierras en las que hallan asentados, son parte principal de la obra pictórica de Pedro Quesada. Puentes de calculada arquitectura, e inflexibles ante aquellas circunstancias que no guarden relación con la firme y minuciosa belleza. A destacar muy especialmente en la segunda muestra el protagonismo asumido por el “Muelle de Tinto”, en “fijeza agotadora del detalle” (R.Alberti), que no cansa jamás; todo lo contrario.
            Jerárquicamente ordenados los temas seleccionados por un artista que hunde raíces frente a la mar de Isla Cristina (su ángulo universal), es natural y se entiende, finalmente, que marinas y bodegones complementen y contribuyan a traducir la visión del paraíso (exterior e interior), que Pedro Quesada aprendió a reflejar. Y que no deja de ofrecer al mundo.

martes, 12 de marzo de 2013

La voz a ti debida



Atrás el 11-M, la fecha ahora esperada es la de 13-M, es decir, mañana, con la primavera ya a la vuelta de la esquina y  las urgencias de este mundo aún por atender. O sea, lo de siempre, aparte las deliberaciones del cónclave romano, del Consejo de Seguridad de las Naciones Desunidas, del Banco Central Europeo o de cualquier distinta institución  política o religiosa que se preste.
            Porque ocurre que el interés económico prima como nunca sobre  los demás, con el consiguiente olvido de “la voz a ti debida” que merece la persona, siquiera para que las necesidades básicas de la mayoría puedan ser escuchadas por encima del sonido que produce el muchísimo dinero en los bolsillos, bancos y paraísos fiscales de muy pocos Y así desluce y duele  el distanciamiento y la fractura  producida, tanto como la ineficacia de un sistema de organización  social que está también exigiendo reformas profundas. A los hechos remitimos, pan nuestro de cada día en la mesa del rico Epulón; no en las manos y en la boca del pobre Lázaro. Lo que hay, sin más: “una sociedad desintegrada y encharcada donde todo es confuso, los movimientos son ciegos, los conceptos se han vaciado de significación y las palabras, corrompidas y deformes, degradadas al papel de insultos, oscuras, torpes y sumarias como gritos infrahumanos, muestran una grotesca inutilidad para lo que es su función específica: entenderse” (F. Ayala).
            Por ello, según la naturaleza de los graves problemas que sufre, con plena y clara conciencia de sí, y desde su lugar y tiempo, la sociedad actual debiera procurarse vías y recursos igualmente renovados. Una máquina de vida otra, cuyos émbolos (¡importante!), jamás menosprecien la energía del corazón.


martes, 5 de marzo de 2013

Espacio y Tiempo, de JRJ.



Hace referencia el titular al libro de Joaquín Llansó y Rocío Bejarano, recientemente editado por Linteo, y que es resultado del trabajo de los citados investigadores sobre los poemas Espacio y Tiempo, del propio Juan Ramón. Dicha publicación remite, además, al área de actuación del Centro de Estudios Juanramonianos, de la Fundación  que lleva el nombre del nobel moguereño.
            En general, tal iniciativa constituye un acierto, habida cuenta la necesidad del ordenamiento textual que requiere la Obra (con mayúscula) del Andaluz Universal y para su correcta lectura e interpretación, dentro de una línea evolutiva (de pensamiento y estilo), marcada, en primera instancia, por la continuada revisión de aquella y que tanto preocupara al poeta (“vivir es solo revivir”, decía); en segundo lugar, por el extraordinario volumen que alcanzan las creaciones poéticas de JRJ, añadida dificultad a la hora de emprender una fijación crítica. Gicovate, por ejemplo, apuntó que “no será nunca ya posible fechar su obra con certeza, por sus muchas  correcciones y versiones distintas de un mismo poema”; con sentido similar, Francisco Garfias llegó incluso a concluir que  ese seguimiento debiera ser “labor de equipo”.
            Particularmente, la aportación, ahora, de Joaquín Llansó y Rocío Bejarano se reconoce y justifica, mas no solo por el preciso estudio de los poemas indicados; también por la presentación facsimilar y conjunta de ambos, una vez contempladas y situadas las diferencias entre uno y otro: Espacio como texto totalizador, que subsume acaso el concepto de Tiempo, y revisado o “revivido” directamente por Juan Ramón. Tiempo, en cambio, que aún permanecía inédito a la muerte del poeta, menos analizado que el anterior. Aunque los dos fueron concebidos simultáneamente (1941), y a partir de una génesis compleja (la de Espacio duró trece años). Los límites de la relación se ensanchan igualmente por la canalización formal compartida: “línea horizontal, recta” (como el paisaje de La Florida), “sin asunto, en sucesión natural”, novedosa en Juan Ramón y en la poesía española del siglo XX. Con toda seguridad, la esperada inevitable respuesta de la “inteligencia” a la invocación de Juan Ramón. Gracia de él y para él. Agradecimiento, de los lectores.